Que indignante, no que esta palabra ya la he usado mucho, que penoso es que la mujer sea el centro de atención solo para lo malo. República Dominicana es uno de los países de Iberoamerica con el indice más alto de violencia de género, aun así fueron pocas las mujeres que compartieron algo sobre el tema en el día en que se debe perder el miedo a decir no a la violencia de género en todo el sentido de la palabra.
En R. D. contamos con 3 de las mujeres más importantes que han marcado un hito en la historia de las libertades tanto políticas como sociales a nivel mundial, me refiero a las Hermanas Mirabal, y siquiera así alzamos nuestra voz por bandera y nos enfrentamos a esta situación alarmante que está acabando con nuestra sociedad.

Tampoco creo que existan tantas "Marías", menores embarazadas por el espíritu santo.
Algún hombre habrá intervenido. Sin embargo son solo ellas las culpables debido a la mala crianza que les han dado sus madres, porque al parecer tampoco tienen padres. No solo se les debe consentir a los niños que digan palabrotas, que vistan como quieran y que bailen como les de la gana. Si se les corrige se les corrige a ambos o a ninguno. De eso se trata la igualdad, se trata de que tengamos una educación igualitaria y con los mismos principios.

Los temas musicales no se quedan atrás, esa es una de las representaciones que más han perjudicado a la sociedad, inyectando cada día una buena carga de prejuicios, intolerancias y malos ejemplos que se han ido multiplicando hasta convertirse en un monstruo que solo puede combatirse con cultura bien entendida y mucha educación.
Lo peor de luchar contra la violencia de género es tener que convencer precisamente a las que son más perjudicadas por este problema, de que deben enfrentarlo, deben tomar conciencia de que es algo serio, que no es algo transitorio y que no es una exageración. Que podemos ser mujeres libres e independientes, pero todo dependerá de nuestro esfuerzo, conjunto o individual, por hacerlo posible. ¡Ojo!, que tampoco me refiero con ser libre a imitar los malos ejemplos de los hombres.
Que no hablemos del problema no significa que no existe, y a tanta mudez solo queda usar con mayor fuerza la voz de aquellos que si quieren hacerse escuchar y cambiar un poco este panorama tan poco alentador.
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